Desde Fedebiocombustibles, celebramos un hito significativo: los 20 años de nuestra organización. Este aniversario marca dos décadas de trabajo incansable, retos y logros que se presentarán en esta edición del boletín, y resalta la visión y el compromiso del sector para desarrollar y consolidar los biocombustibles en Colombia. Durante este tiempo, hemos sido una fuerza impulsora en el desarrollo rural, promoviendo la generación de empleo y oportunidades en las zonas agrícolas del país. Asimismo, hemos contribuido activamente a diversificar la matriz energética nacional, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y fortaleciendo la seguridad energética de Colombia. Además, nuestro compromiso con la reducción de emisiones contaminantes ha sido fundamental para mitigar el impacto ambiental y promover un ambiente más saludable para las actuales y futuras generaciones.
Este crecimiento y evolución del sector de biocombustibles se vio impulsado por un hito clave en 1999, cuando un grupo de visionarios, incluyendo a los Doctores Jorge Bendeck Olivella, Jorge Cárdenas Gutiérrez y Alfonso Santos Montero, comenzaron a promover la producción y mezcla de alcohol carburante con gasolina. Gracias a su esfuerzo y al liderazgo del ex ministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta Medina, se promulgó la Ley 693 de 2001, conocida como la Ley del Alcohol Carburante. Esta legislación marcó un cambio fundamental al establecer la obligatoriedad de la mezcla de alcohol carburante en la gasolina, con el objetivo de reducir la dependencia de los hidrocarburos, mejorar la calidad del aire y fomentar el empleo rural.
Menos de cinco años después, el 3 de octubre de 2005, Colombia comenzó a implementar esta mezcla, produciendo alcohol carburante en siete plantas distribuidas a lo largo del Valle del río Cauca y el departamento del Meta. La capacidad total instalada a nivel nacional alcanza los 2,154 millones de litros de alcohol carburante, reflejando el impacto y la expansión de esta industria.
El impulso inicial para la producción de biodiésel en Colombia se dio en 2004 con la promulgación de la Ley 939, una legislación clave que permitió la producción y mezcla de biodiésel con diésel o ACPM. Su implementación inició oficialmente el 1 de enero de 2008, marcando el comienzo de la práctica de mezclar biodiésel con diésel convencional, medida que buscaba disminuir las emisiones contaminantes, mejorar la calidad del aire e impulsar la economía rural al fomentar la producción de palma de aceite, principal materia prima para el biodiésel en Colombia, creando un mercado estable para los productores de palma y generando empleo y desarrollo económico en las zonas rurales.
Gracias a estos hitos normativos y al compromiso del sector, se ha logrado un impacto significativo en la reducción de emisiones contaminantes en Colombia. Desde la implementación de las mezclas reguladas de biocombustibles, se estima que se ha evitado la emisión de 34 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) y 8.600 toneladas de material particulado (PM2.5).
Fedebiocombustibles, sus afiliados, el gobierno, proveedores y otros agentes de la cadena de valor, han sido el motor detrás de estos avances, trabajando incansablemente para promover políticas, apoyar a los productores y asegurar que Colombia avance en la senda de la transición energética. En estos 20 años, han sido testigos y protagonistas de la transformación del sector, superando desafíos y logrando consolidar a los biocombustibles como una alternativa viable y sostenible.
Hoy, en Fedebiocombustibles, celebramos no solo el aniversario de nuestra organización, sino también expresamos nuestro profundo agradecimiento a todos aquellos que han sido parte de este camino. Su dedicación y esfuerzo han sido la piedra angular de nuestro desarrollo hacia un modelo energético descarbonizado, sostenible y con alto impacto social, tanto en el presente como en el futuro.
Con nuestro propósito superior de producir energía renovable para la movilidad y la vida, hemos trazado estas oportunidades y continuaremos construyendo sobre ellas, para seguir descarbonizando el transporte terrestre, marítimo y aéreo y contribuir al mejoramiento de la calidad del aire que respiramos.
