Federación Nacional de Biocombustibles

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Jorge Bendeck, Fundador y ex Presidente de Fedebiocombustibles

Podría contarnos sobre los inicios de la industria de los biocombustibles en Colombia? 

Hace 71 años, el representante liberal Luis Ortiz presentó un proyecto de ley en el Congreso de Colombia para producir etanol combustible a partir de caña y yuca, con el objetivo de sustituir parte de la gasolina producida por la empresa americana Tropical Oil Company (TROCO), filial de la Standard Oil de John Davison Rockefeller. Esta compañía ya tenía el monopolio del transporte y la refinación de petróleo en Estados Unidos y se expandía rápidamente a nivel global. Sin embargo, los abogados de TROCO lograron desbaratar los planes del parlamentario. Después de la salida de TROCO, tras la reversión de los campos de Mares en Barrancabermeja, se realizaron otros intentos por impulsar los biocombustibles, pero ninguno logró prosperar. 

Cómo ha evolucionado la industria de los biocombustibles en Colombia a lo largo de los años? 

 El embargo petrolero de la OPEP en 1973 a los países aliados de Israel generó un aumento del 475% en el precio del petróleo, marcando una transición de un mercado de abundancia y precios bajos a otro de suministros escasos y costosos. Para entonces, Colombia había dejado de ser autosuficiente debido a la falta de inversión en exploración y mantenimiento de pozos por parte de las compañías extranjeras, lo que agravó la crisis petrolera del país. En 1985, el presidente de Ecopetrol, Alfredo Carvajal Sinisterra, me convocó como Director del Instituto Colombiano de Petróleo para analizar la situación crítica. Ante las insostenibles cargas financieras de las importaciones de petróleo, me encargó diseñar mecanismos para producir alcohol que sustituyera la gasolina importada, inspirado en el modelo brasileño. Contacté a los productores de azúcar, quienes, exportando parte de su producción, podrían destinar una fracción al etanol. Se les ofreció un precio equivalente al de la gasolina extra puesta en Bogotá.  

¿Qué obstáculos enfrentó la propuesta para utilizar etanol mezclado con gasolina en Colombia? 

Desde un principio, supimos que el uso del etanol mezclado con la gasolina traería oposición del transporte y de las propias empresas de licores colombianas que nunca entendieron que los licores eran cosa bien distinta del etanol combustible, amparadas en la ley del cómodo monopolio departamental sobre todo tipo de alcoholes. 

Se inició, entonces, una serie de foros y reuniones que se prolongaron más de lo necesario sin que las empresas de licores dieran su aprobación. La tarea vio su fin, cuando entraron en producción los campos de Caño Limón en Arauca con la construcción del oleoducto a Coveñas y la interconexión con la refinería de Barrancabermeja, habiéndose perdido una oportunidad para desarrollar un proyecto-país de grandes proporciones para la época. 

¿Qué papel han jugado las leyes y políticas gubernamentales en el desarrollo de los biocombustibles en Colombia? 

Creo que fue a mediados de 1999 cuando recibí una llamada del senador Amylkar Acosta Medina para decirme que mi propuesta aparecida en el periódico La República para que en Colombia se utilizara el etanol combustible para ser mezclado con las gasolinas era un proyecto que él quería liderar en el Congreso para que se convirtiera en ley a fin de asegurarle futuro al ordenar su uso en Colombia. Así lo cumplió y, el 19 de septiembre de 2001 fue expedida la ley dictando normas sobre el uso de alcoholes carburantes creando estímulos para su producción, comercialización y consumo, además de otras disposiciones relacionadas. 

Producto de ese marco jurídico, con un selecto grupo de ciudadanos encabezados por Jorge Cárdenas Gutiérrez, Alfonso Santos Montero, Orlando Polanía Camargo y el mismo senador Amylkar Acosta, entre otros, fundamos la Federación Nacional de Biocombustibles, entidad sin ánimo de lucro que, con el apoyo del gobierno que reglamentó la ley, concitó el interés empresarial del sector azucarero y de Ecopetrol para invertir ingentes recursos para impulsar una industria que hoy es orgullo de Colombia y pionera en el azaroso camino de la transición y la seguridad energética colombiana, apoyada luego con encomiable decisión por el sector palmero. 

  • ¿Qué papel se espera que juegue el gobierno nacional en la producción de biocombustibles avanzados para la aviación y la navegación marítima?

Hay mucho por hacer ahora ante la crisis climática desbordada para producir los llamados biocombustibles avanzados para la aviación y la navegación marítima, aportándole a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Pretendemos que, como en el pasado, el gobierno nacional lidere como socio insustituible junto con Fedebiocombustibles y sus miembros, todo el proceso que, como el surtido para contar hoy con los biocombustibles de primera generación, también impulsadores del crecimiento agrícola e industrial del país.

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