El acceso a la energía es un factor crucial que afecta el suministro de bienes y servicios que las sociedades requieren para la satisfacción de sus necesidades. Además de garantizar la calidad de vida, la energía contribuye al crecimiento económico, la estabilidad política y el desarrollo de sectores clave como la agricultura, el transporte y la industria manufacturera.
Por tanto, la seguridad energética es un pilar fundamental para el desarrollo sostenible de cualquier país. En un mundo donde las fluctuaciones en los precios del petróleo y las tensiones geopolíticas afectan el suministro de energía, Colombia enfrenta la urgente necesidad de diversificar su matriz energética y fortalecer su autonomía. En este contexto, el biodiésel se destaca como una solución estratégica que no solo contribuye a la seguridad energética, sino que también mejora el desempeño de los motores, impulsa la reindustrialización, la descarbonización y el desarrollo sostenible del país.
Este biocombustible derivado de aceites vegetales y grasas animales, que es energía líquida renovable, ha ganado relevancia en la última década como una alternativa baja en carbono al diésel fósil. Su producción en Colombia, a partir de aceite de palma, ha demostrado ser una opción costo efectiva, generando empleos formales y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero (2,1 Millones de Ton de CO2 anualmente) y material particulado (500 ton de MP2.5 anualmente). Pero más allá de sus beneficios ambientales, el biodiésel ofrece una oportunidad única para que Colombia disminuya su dependencia de combustibles fósiles importados.
La diversificación de fuentes energéticas es clave para garantizar la estabilidad y sostenibilidad del suministro energético. Con el biodiésel, Colombia puede reducir su vulnerabilidad ante las fluctuaciones del mercado internacional de petróleo, asegurar el abastecimiento interno y, al mismo tiempo, promover la reactivación económica a través de la producción local. Además, al ser una fuente de energía renovable, el biodiésel contribuye a mitigar el impacto del cambio climático, un factor que cada vez más influye en las políticas energéticas.
A nivel internacional, países como Brasil y Estados Unidos han avanzado significativamente en la adopción del biodiésel como parte de su estrategia energética. Colombia puede aprender de estas experiencias y adaptar soluciones exitosas a su realidad. Con una visión clara y a corto plazo, el biodiésel tiene el potencial de transformar el panorama energético del país, proporcionando una fuente de energía con baja intensidad de carbono, accesible y segura para todos los colombianos.
